“No pases por la vida sin saber que pasaste”

Fue la frase de una profesora
que repetía constantemente a
sus alumnos en termino de
bachiller, sabiendo que una
etapa culminaba y otra
comenzaba para ellos pero que
por encima todo lo nuevo, las
grandes expectativas, altas
ilusiones y hambre de proyectos

les recalcaba que no se les olvidara VIVIR
El ser humano se preocupa tanto por cosas que no tiene que olvida lo que si
posee, se queja tanto por cosas que les falta que olvida ser agradecido, tiene
tantos motivos para reír que solo se lamenta, posee una gran ansiedad del futuro
un exceso del pasado y en busca de lo parece ser su leyenda personal se olvida de
vivir y para cuando lo hace probablemente sea ante una tumba donde no hay
nada más que intentar.
Omitimos cada día como uno más cuando en realidad es uno menos, pensamos
que las semanas y meses se van sumando al año cuando solo van restando hasta
agotarse, nos olvidamos de lo que es la vida, de soñar de reír de buscar la
verdadera felicidad, esa que no está en las grandes multitudes en la fama o el
dinero, esa que está en llorar de la risa, esa que esta con las personas que amas,
esa que esta en hacer lo que te gusta, en ayudar a otros y ser tú mismo... Y si no
observemos los hospitales donde para un enfermo tener la sanidad serie volver a
reír, o qué tal de los orfanatos donde para cada niño tener una familia seria la
felicidad.
Por eso observa los pequeños detalles que están a tu alrededor y te darás cuenta
que hay tantas por las que vivir, pero seguimos pasando de largo.

Ana Aybar

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