Periodismo y literatura
Los actuales estudiantes de comunicación escuchamos repetitivas veces, expresiones que aluden a que los antiguos profesionales del área estaban mejor preparados. Para aquellos quienes queremos dar el todo por el todo y poner nuestra profesión en alto, estas opiniones resultan ofensivas. Sin embargo, no voy a negar que sí son muchos los casos de discípulos que “están en todo, menos en misa”.
Quizás, esos
grandes eruditos forjados en la prensa, televisión y radio, lograron su gran
trayectoria y recorrido gracias a la ardua preparación que tuvieron,
consecuencia del constante esfuerzo en conocer y aprender. En las anteriores
épocas, el más factible recurso de conocimiento era la lectura, ahí radica la
importancia de la relación que tiene la literatura con el periodismo.
La literatura,
explica Santiago Gamboa, nace con la Épica, donde una persona que regresa a su
lugar de origen después de una travesía y cuenta a su gente lo que vio y lo que
le pasó; dentro del periodismo, ¿no es esto lo que contamos?
Existe una singular
frontera entre la literatura y el oficio periodístico, no obstante ambos tienen
algo en común: cuentan una historia; además está presente una delgada línea que
complementa uno a otro, un sencillo ejemplo son los géneros periodísticos
interpretativos que en un determinado momento deben entrar al terreno de la
estética, de la literatura, sin perder la objetividad que caracteriza el
ejercicio periodístico.
El periodismo
actual se encuentra sumido en una clase de crisis provocada por el desequilibrio
de los periódicos y la necesidad de redactar muchas notas a velocidades
increíbles, lo que está causando un periodismo mal escrito, y no solamente a
nivel ortográfico, sino también a nivel estilístico. Es nuestro deber regresar
a la literatura y, sobre todo, a la lectura. Tomemos como ejemplo y guía a esos
grandes periodistas que también son, o fueron, literatos: Gabriel García
Márquez, Mario Vargas Llosa, Manuel Vázquez Montalbán, Isabel Allende, Arturo
Pérez-Reverte, entre otros; para recuperar el protagonismo merecedor de la
escritura periodística, para así recuperar nuestra reputación como conocedores
de la palabra en todos sus aspectos.
Como estudiantes
que queremos cambiar la negativa concepción que tienen acerca de nuestra
carrera y sus egresados, necesitamos fomentar el deseo de acercarnos a las
obras literarias para lograr enriquecer nuestro quehacer periodístico, que es
enriquecer al profesional que somos, o en este caso seremos.
Por: Yadimir Crespo
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