Una canción, una reflexión - Amor y Control, Rubén Blades
Saliendo del hospital
después de ver a mi mamá
Luchando contra un
cáncer que no se puede curar
Vi pasar a una
familia, al frente iba un señor de edad
Una doña, dos
muchachas y varias personas más
De la mano del señor
un hombre joven caminaba
Cabizbajo y luciendo
arrepentido
Él era la causa de
una discusión familiar
De la que nos
enteramos al oír al señor gritar:
Aunque tú seas un
ladrón, y aunque no tienes razón
Yo tengo la
obligación de socorrerte
Y por más drogas que
uses y por más que nos abuses
La familia y yo
tenemos que atenderte
Sólo quien tiene
hijos entiende que el deber de un padre
No acaba jamás
Que el amor de padre
y madre no se cansa de entregar
Que deseamos para
ustedes lo que nunca hemos tenido
Que a pesar de los
problemas, familia es familia y cariño es cariño
Cuánto control y
cuánto amor
Tiene que haber en
una casa!
Mucho control y mucho
amor
Para enfrentar a la
desgracia
Por más discusiones
que hayan dentro de tu casa
Por más que creas que
tu amor es causa perdida
Ten la seguridad de
que ellos te quieren
Y que ese cariño dura
toda la vida
La familia, ese lugar
donde casi siempre nos sentimos seguros. Donde se arman las discusiones más
fuertes y donde el amor se rebosa. Es una montaña rusa de emociones, muy
difícil de explicar. Sin embargo, es allí donde nos desenvolvemos todos los
días y donde nos reencontramos con nosotros mismos.
Aquellas anécdotas de
nuestra infancia, que nos hacen revivir. Y esos olores que nos remontan a
lugares de felicidad. Todo junto a nuestra familia. Son ellos a los que vemos
diariamente, con los que comemos y compartimos el espacio.
Las dificultades se
presentan a diario, no obstante, debemos siempre velar por el bien de nuestros
familiares, ya que ellos siempre están ahí en nuestras bajas. Es junto a ellos
que podemos ser auténticos. Son ese tipo de personas a las que les darías un
riñón si lo llegasen a necesitar. Son una colcha caliente en una noche fría.
Ellos son familia.
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